lunes, 3 de diciembre de 2012

S1- Tema 4: Funciones del Lenguaje


Las funciones del lenguaje se refieren a la forma en que el hablante hace uso de la lengua para transmitir con eficacia la intención o propósito de su mensaje. Aunque suelen ser varias las funciones presentes en el discurso, a menudo hay una que prevalece y la distinguimos por ser en la que más énfasis se pone al momento de comunicar el mensaje.


1) Referencial.

Es la función que usamos cuando nuestra intención se limita a transmitir información real, verificable, sin que medie la opinión; es por ello que lo dicho se presume objetivo. Por tal razón, el lenguaje utilizado es meramente denotativo.

La función referencial es común cuando, por ejemplo, un grupo de investigadores se limita a informar los resultados de su más reciente trabajo o cuando un periodista comenta una nota informativa centrándose exclusivamente en los hechos comprobables.

2) Apelativa.

Es la función que usamos cuando queremos convencer a nuestro interlocutor, ya sea para que haga algo o deje de hacerlo. En ese sentido, es un ejercicio provocativo, pues lo que el emisor pretende es que el receptor reaccione de determinada manera ante lo que le propone. Los mejores ejemplos de su utilización los tenemos en los discursos políticos, ideológicos y de propaganda y por supuesto, en los anuncios publicitarios.

3) Fática.

Usamos la función fática para comprobar que el canal de comunicación está abierto. 
De tal manera, iniciamos una conversación  saludando; contestamos el teléfono indicando que la línea funciona y escuchamos bien, o verificamos que el otro mantenga su atención en nuestra plática a través de muletillas tales como: ¿Eh? ¿Me explico? ¿Sabes? etc., esperando una respuesta ya sea afirmativa o negativa de su parte, pero que nos indique que sigue nuestro discurso. Su principal objetivo es iniciar, continuar, prolongar, interrumpir o finalizar 
una conversación a través de, como ya
mencionábamos, la constatación de que el
canal de comunicación este abierto y no cerrado.

4) Expresiva o emotiva.

Es la función que utilizamos cuando pretendemos dar cuenta de nuestro estado, ya sea físico o anímico. Es decir, tanto al manifestar claramente nuestra alegría ante un hecho determinado, como al quejarnos porque nos duele algo, por ejemplo, estamos usando la función emotiva del lenguaje. Por tal motivo, se expresa en primera persona, ya sea del singular o del plural, pues el mensaje está centrado en el emisor con la clara pretensión de encontrar cierta empatía o identificación en el receptor. Gracias a esta función es que somos capaces de exteriorizar nuestros sentimientos, estados de ánimo, deseos, miedos, preocupaciones, enojos, padecimientos y voluntades.


5) Poética.

Es la función que utilizamos cuando pretendemos crear belleza a partir del lenguaje. Los textos literarios, sobre todo la poesía, son los mejores ejemplos de su uso. Debido a que se centra en la forma de expresión, podemos decir que de enfoca en el mensaje, pero en cómo está estructurado, en las palabras con que se crea, no el contenido.
La riqueza de esta función radica en la enorme cantidad de recursos que tiene a su alcance, pues se vale tanto de figuras estilísticas como de juegos de palabras para lograr la belleza que busca. Decíamos ya que su mejor representación la encontramos en la poesía, pero también está presente en canciones, guiones teatrales y cinematográficos, novelas, cuentos y refranes.


6) Metalingüística.

Utilizamos la función metalingüística cuando hacemos uso de la lengua para hablar de la lengua misma, es decir, para discutir cuestiones que tienen que ver con los idiomas, el habla y la ciencia del lenguaje en general. Se centra en el código de la lengua y es gracias a ella que podemos aclarar el mensaje desde el punto de vista lingüístico.

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