En lingüística, cuando nos referimos a la lengua estamos hablando del idioma. Así,
la lengua española no es otra cosa que el idioma español. Cada lengua tiene
variantes regionales, mejor conocidas como dialectos, que identifican los
diferentes modos en que se habla un idioma en determinado lugar. Entendemos,
entonces, que uno es el español de México y otro el de Argentina, por ejemplo.
Y si bien la lengua es la misma, en muchas ocasiones son las variantes
dialectales las que dificultan la comunicación.
1) Jerga.
La jerga también denominada argot, jerigonza o germanía, es una variación de la lengua que usan entre sí los individuos de ciertas profesiones y oficios. Dicho de otra manera, es el lenguaje particular que utiliza un grupo determinado de personas que se identifican por la actividades que realizan. Así, es común que en cada profesión se distinga una determinada jerga lingüística que, generalmente, solo es dominada por los especialistas que la manejan. Un ejemplo muy característico es el lenguaje médico. Para los pacientes suele ser difícil entender la terminología empleada en el diagnóstico.
2) Caló
Llamamos calo al lenguaje de
los gitanos españoles, que es una variación de la lengua romaní mezclada,
primordialmente, con el castellano.
3) Modismos
Los modismos son frases cuyo
significado no corresponde al de las palabras que las forman, sino al consenso
con que los habitantes de ese idioma los usan. Es por eso que también se
conocen como regionalismos y, por lo mismo, suelen presentar dificultades al
momento de la traducción, pues responden a un modo particular del habla de una
lengua que, en general, se aparta de las reglas gramaticales de la misma. Todos
los idiomas tienen modismos.
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